Probablemente esto le pase a un monton de personas, pero yo estoy seguro de cumplir con todas y cada una de las cosas que enumero a continuacion.
Yo soy el flaco que:
- en la fila del cajero, siempre tiene adelante a una vieja de 82 años, que no sabe un carajo de cajeros automaticos, y que para colmo viene a pagar 5 facturas de luz, 4 de gas y 1 de agua.
- siempre se sube al Taxi ese que, no sólo no tiene cambio, sino que tampoco sabe ubicarse cuando le digo: 9 de JULIO Y CORRIENTES, y que para colmo al llegar, en lugar de apagar el taximetro cuando llego al destino, lo apaga cuando le estoy pagando, costandome el viaje, 30 centavos extra
- me compro una remera copadisima, una remera que usaría todos los dias, si la sociedad no fuese tan obtusa con el tema de la higiene personal, y cuando la lavo se me achica, o se le hace una mancha de color rosa, o se me arruga en el cuello, y es imposible de arreglar.
- cuando paso por un Pet Shop o una Veterinaria, y miro para adentro a ver si veo algun cachorro, o un perro, siempre hay cotorras pelotudas y hamsters gordos. NUNCA UN PERRO. La puta madre.
- no importa donde esté, siempre tengo al lado mio un flaco que esta tratando de levantarse una mina, haciendo y diciendo las cosas mas pelotudas que me pueda imaginar "En realidad, dejé la secundaria, no porque me iba mal, sino porque quiero dedicarme a mi arte. Armar y vender pulseritas de Lana en Lavalle es un laburo full time, y es mi carrera. Lo que pasa es que mis viejos no me entienden". Yo sigo esperando que la mina se cague de la risa en su cara, o que lo golpee en el estomago, pero las minas vienen tan pelotudas como los flacos hoy en dia. El dia de mañana seremos una nacion de mogólicos.
jueves, junio 11, 2009
That guy!
Publicadas por Leber a la/s 1:15 p. m.
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1 comentario:
¿El día de mañana? Esa predicción era válida hace veinte años.
A mí me pasó eso justo este viernes: una compañera de la facultad que viaja conmigo siempre en el bondi de regreso se pone a hablar con otro estudiante que también viajaba con nosotros, y a la mañana siguiente le estaba contando a sus amigas de este flaco... uno que aparte de decir una pelotudez tras otra, para mí tenía una terrible pinta y tonada de trolo.
A mí me pasa que esa remera que está buenísima tiene gran afinidad por el olor a empanadas de queso y cebolla. O sea que por más ácido sulfúrico que me ponga en las axilas a los diez minutos de ponérmela ya apesta.
Es una lucha...
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